Cuando se escribe esta introducción a las partidas de hoy aún no sé si, por problemas de red, acabará estando a tiempo y es que ya se sabe que los “nodos” son como las viriasis en la práctica médica: cuando queremos salir del paso sobre algo que no sabemos bien de qué va, pero que sabemos que tiene cura, la respuesta que para todo vale es que “es un virus” (cómo resulta obvio por la hora y el día ya tengo red… hasta la próxima re-caída). Bueno, pues dejando a un lado el cabreo que creo que se percibe subyace en mis palabras, hoy pretendo desandar el tiempo, volver a finales del XIX y principios del siglo XX y retomar aquel ajedrez que se dio en llamar “romántico” y al que, de cuando en vez, iremos haciendo visitas con otras aperturas (Gambito del Centro, Ponziani, Gambito Evans…). La que hoy nos atañe es el tan jugado, venerado y ¿refutado? Gambito de Rey aceptado, centrándonos en la que se denominó Variante Fischer (que recibió otros nombres pero que últimamente parece haberse a él adjudicado), viendo unas cuantas partidas de cada una de las dos modalidades que principalmente se utilizan para combatirla. Presentaremos pues partidas frenéticas (y no tan frenéticas), jugadas a ritmo frenético para jugadores con tendencias frenopáticas.
Os recomiendo que, miréis rápidamente todas las partidas y hagáis una preselección (realmente, hacer lo que os dé la gana, que demonios), puesto que en alguna tras lo que parecen ser fallos clamorosos lo que hay son jugadas únicas. Esperemos pues que a aquellos nostálgicos de antaño, a aquellos buscadores de la belleza por sí misma, los intentos que algunos jugadores realizan ocasionalmente para hallarla les resulten gratos. Para mí desde luego sí que lo ha sido (lo siento Lino, esta vez te quedas sin extra).
Enhorabuena por tener internet... de momento.
ResponderEliminarMe suena esa variante, nos hemos largado unas cuantas horas con esa variante, es la lucha de siempre, el teórico contra el imaginativo... la cuestión es ¿Quien es quien (todos los derechos registrados)?
Un abrazo.
Arriba el romanticismo!!!!
ResponderEliminarEn fin, según Shirov el gambito de rey está muerto definitivamente si ya no lo juega Fedorov. Aunque claro, muerto para un dos setecientos, a nuestro nivel es más que jugable, aunque me parece muy denso en teoría (y además muy concreta)